Mi madre
Con sus 80 años a cuestas
La madre
tiene 80 años. Todos los días prepara comida para ella, su esposo de 82 años,
sus tres hijas de más de 50, sus nietos de 17 y 19, sus 4 bisnietos (aunque
ella diga que a ellos no), y para quien se aparezca por la casa. Y no es cosa
sencilla. Prepara dos o hasta tres platillos, tratando de satisfacer el gusto
de todos y cada uno de sus chamacos.
Entre ella
y el lavadero existe una simbiosis que ya no se puede romper. Desde que sus
ocho hijos eran pequeños pasaba más horas lavando ropa a mano y lavando trastes
que las que pudiera tener el día. Y
hasta la fecha. Aunque tiene lavadora, ella lava muchas piezas de ropa de su
esposo y de ella a mano. Dice que esas no las lava bien la máquina. Y claro,
una máquina no tiene el cariño que ella le pone a su tallar y tallar ya
perfeccionado con más de 60 años de práctica. Además de lavar ropa, lavar
trastes parece ser su deporte favorito. Aunque alguien lave los platos después
de comer, ella se guarda unos, así como escondiditos, para que cuando nadie la vea,
lavarlos.
Tiene 80
años. Fue a la escuela solo tres. Allá en el rancho eso no era importante y no
se podía pues. El comer y proveer un techo para sus cinco hijos eran las
prioridades de sus padres en esa tierra cardenista que a ellos nomas no les hizo
justicia.
Primero fue
ayudar a su madre y hermanas, después a los niños ricos de los que fue nana. Ya
cuando tuvo su propia familia, el tiempo y la vida la atraparon. Por años,
muchos años no supo de otra cosa que no fueran sus críos. Novelas? Política?
Chismes de vecinas? No había tiempo para eso. Cada minuto era oro. Apenas de
pronto se tomaba un descanso de 10 o 15 minutos pa aguantar el día. No era
frecuente. Yo creo era cuando ya su cuerpo y su alma necesitaban fugarse.
Tiene 80
años y dice que su cabeza no le sirve para nada pero nunca olvida un
cumpleaños, ni de los hijos, nietos o nueras aunque vivan lejos. Aniversarios
de muerte de los seres queridos? Los tiene anotados en el calendario de su
cabeza aunque ella insista que no le sirve y que es ignorante. De verdad? Si
ahora que ya se da tiempo de sentarse frente a la televisión está al tanto de
lo qué pasa en el mundo. A la hora de la comida comenta con entusiasmo y a
veces con tristeza y hasta rebeldía el cómo está el mundo. Y recuerda nombres y
fechas.
Imagínate
si hubiera podido ir a la escuela! Hubiera revolucionado el México
pos-cardenista o el de los asesinos Díaz Ordaz y Echeverría!
Tiene 80
años y aunque ella se rehúsa a decir estoy cansada, aunque su espíritu está
lleno de alegría de vivir, la naturaleza ha marchitado su cuerpo, así como las
azucenas o las rosas que a ella le gustan y que ha visto nacer y morir muchas
veces. Ella nunca lo va a pedir, pero corresponde a sus hijos, nietos y
bisnietos cuidarla a ella como ella lo ha hecho con ellos. No merece que
se le deje sola.

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